domingo, 18 de julio de 2010

Entrega

Esta palabra tiene muchas interpretaciones, es hora de que presente la mía.
Cada cierto tiempo, me recorre una nostalgia cierta, una de esas que hace que hasta la brisa gélida que habita la Patagonia importe poco. Es entonces cuando reflexiono sobre esta palabra.
¿Qué es la entrega? ¿No es acaso el abandono de uno mismo en beneficio de un ajeno?¿es viable en un mundo como el actual?

La vida de hoy invita frecuentemente a olvidarnos de esta palabra tan importante, que puede hasta hacernos llegar al éxito en la vida, el objetivo de muchas almas en este camino. ¿Por qué? Porque es más fácil para uno sentir la autosuficiencia, engañarse repetidamente con tal de no confiar en el resto. La vida es demasiado rápida, ya no nos fijamos en las sonrisas que se nos plantan alrededor, enfocados a menudo en estupideces como dormir o trabajar. ¿Debo entregarme? La entrega no es más que el rechazo a uno mismo, no se puede decidir a ciencia cierta si es totalmente buena.

En lo personal, lo que funciona para mí es filtrar, no es fácil, son años los que toma hacerlo efectivamente, pero al final, es reconfortante ver como la vida te empieza a sonreír las decisiones, dejandote sobre un pedestal cada vez que piensas en caer rendido. Ojalá el entorno entendiera esto, ojalá tú lo entendieras.